Todo empieza con un anuncio
Tras un año y medio siendo vecinos de Lagartera en una casita alquilada, un grave problema de carcoma y un casero del cual es mejor no hablar, nos vimos obligados a abandonar la casa. Justo tras un largo confinamiento en el que no pudimos disfrutarla.
Un fin de semana de mayo que no olvidaremos jamás tuvimos que recoger todo lo que durante año y medio habíamos ido llevando a la casa para hacer más cómoda nuestra estancia.
Lo niños, con lágrimas en los ojos, dejaron atrás el pueblo, sus amigos y un verano y unos fines de semana inolvidables.
Helena y yo seguíamos convencidos de buscar algo que nos volviese a dar ese respiro que solo se siente cuando abandonas el día a día y te escapas a un refugio donde tu entretenimiento sea disfrutar de la naturaleza, de los trabajos artesanos y de un proyecto de reconstrucción ilusionante. A partir de ahí, lo teníamos decidido, teníamos que comprar ese refugio. Una casa de pueblo antigua a reformar que nos permitiese entrar de inicio a vivir de forma cómoda pero que poco a poco pudiésemos dar forma y convertir en nuestro hogar de esparcimiento.
Tras un par de malas visitas, cierto día bicheando por la red en páginas de búsqueda poco habituales, me di de cara con un anuncio que me entró de momento por los ojos. Se lo envié a Helena a la que también le pareció que tenía bastante buena pinta, y esa misma noche, mi padre me mandó el mismo anuncio... por whatapp. Pues creo que era hora de hacer una visita. Llamé al teléfono del anuncio y cual fue la casualidad que tenía su nombre guardado como "Casa Calzada de Oropesa". lo tenía guardado de una visita anterior, la casa estaba en venta a través de una personal shopper inmobiliaria que fue la que ya en su día nos enseñó otra casa que no acabó de convencernos. Tras hablar con ella, concertamos una visita.
isita... a ver que nos encontrábamos.
















Comentarios
Publicar un comentario